Mi experiencia pedagógica
¿Por qué las presentaciones?
Al ir
terminando el año lectivo y aproximarse la fecha de evaluación como docente
debía de presentar algunas evidencias de trabajo. Una de ellas la elaboración
de los planes de aula que, evidentemente no existían, pero; por respeto a quien
tan amablemente me recibió y ofreció su ayuda, no podía mencionar la falta de
estos. Fui construyendo varias propuestas, se realizaron muchas búsquedas en
internet que se fueron ajustando a las necesidades de la comunidad educativa y
desde luego a mis pretensiones como docente. Esta era la oportunidad de ir
anexando a la planeación todas esas cosas que se incorporaban para mi
experiencia laboral desde la educación que estaba desarrollando y de la cual ya
llevaba un semestre recorrido. Seis meses en los que se fueron recogiendo
muchas ideas tanto de las actividades desarrolladas como de los aportes que
hicieron los compañeros a través de los trabajos grupales.
Durante
la etapa anterior a la planeación la que llame de conocimientos previos, en los
grupos superiores como 10 y 11 se enseñó las presentaciones digitales, una
herramienta necesaria para grupos que en la etapa final del año deben presentar
trabajos de grado y ante proyectos. Como soy de los que me gusta retar a los
muchachos le inicie dando las herramientas básicas, pero para que construyeran
un juego de memoria; en el aplicarían insertar imágenes, utilizar las
animaciones, cambiar lo diseños y los fondos de las diapositivas, todo aquello
que se utiliza en una simple presentación de diapositivas para una tarea. Al principio los jóvenes “grandes” los que ya
se iban a graduar a los que se debían (según ellos) dejar que terminaran su año
de una manera tranquila, se resistían al cambio a no querer hacer las cosas, no
porque no les gustara si no por una razón muy importante para ellos “¿y eso de
que nos sirve?”.
Es una
buena pregunta, también me la llegué a hacer antes de plantear la actividad,
por eso siempre es bueno recordar experiencias anteriores y les di dos
respuestas que al parecer fueron bastante convincentes. La primera respuesta
algo obvia para ellos fue de que sin presentaciones no podían mostrar sus
trabajos de grado ¿cómo pueden vender su producto entonces? A lo que respondieron
punto a favor. La segunda respuesta la tome de un par de exalumnos quienes me
llegaron a contar que ahora se dedicaban a realizar juegos lúdicos utilizando
PowerPoint, de modo que les conté la historia del par de muchachos inquietos,
que ahora sacaban ventaja de algo que jamás imaginaron les fuera a servir para
eso y siendo sincero yo tampoco, pero falto aclarar algo y es que lo importante
no era la herramienta si no la voluntad y la capacidad de creación que existía
en los jóvenes de la pequeña historia.
Al fin
todo marchaba no sobre ruedas, pero marchaba. Los alumnos realizaban las
actividades gastando un poco más de tiempo de lo planificado, pero las
realizaban, aún seguían utilizando el celular y el computador como
distracciones tecnológicas y no como yo deseaba que funcionaran. La verdad es
que la intensidad de uso inicio a presentar una curva descendente, no con una
gran pendiente, pero ya era algo que podía decirse que daría frutos. Para esa
época a los jóvenes de grado séptimo se les estaba dictando editores de texto y
se utilizó como aplicación el escribir, o mejor el reescribir cuentos
tradicionales. Una idea sencilla, tomar un cuento como por ejemplo caperucita,
y conservando la estructura de la niña que enviada a llevar algo a su abuela es
acechada por un lobo que intenta aprovecharse de ella; construían su propio
cuento, contaban su propia historia de vida o tal vez imaginaban una caperucita
del siglo XXX. Los resultados fueron realmente sorprendentes.
Retomando
la construcción de plan de aula, la decisión fue promover el uso de
herramientas ofimáticas para grados inferiores, para que a través de los años
le dieran uso en las distintas materias.
Y teniendo como base los resultados de los editores de texto se quiso
plantear una fusión, de este modo se plantearon tres actividades con las cuales
los alumnos aprendieran las herramientas básicas. Utilizando las presentaciones,
los jóvenes desarrollarían actividades a modo de reto, como: el juego de
memoria, hacer que un medio de transporte como un automóvil, avión o helicóptero
realice un movimiento, que un par de personajes tengan una conversación,
cualquier cosa que pueda simular la realidad. Y después de aprender el manejo
de las herramientas y de utilizar la creatividad sería muy sencillo que ellos
elaboren una presentación de diapositivas para presentar un producto o
sencillamente sus tareas.
Al
desarrollar la secuencia se detecta que hace falta el producto final, entonces
recordé que siendo docente de matemáticas y buscando persuadir a los
estudiantes de que no somos malos matemáticos, sino faltos de interés en la
materia, que lo difícil de hacer las cosas está dentro de cada uno de nosotros,
siendo así; propuse la lectura de un libro, si funciono para unos ¿Por qué no
funcionaría para estos estudiantes? y esa era la solución. Si logro que lean el
libro y después construyan con las herramientas aprendidas una historia que
resumiera lo leído, habría logrado lo que se había soñado. Al momento se
conversó con la docente de lectura crítica para que ella me ayudara con la
comprensión del texto y que en grupos de tres estudiantes construyeran un guion
para su historia, de esta manera aprendían el manejo de PowerPoint, trabajarían
de manera colaborativa y se demostraba que lo que se aprende en el colegio se
le puede dar una utilidad.
Pero
la felicidad no podía ser completa si los muchachos no muestran sus productos.
No creo que sea suficiente solo con que el docente le dé como nota un cinco,
faltaba algo más. Tratar de hacer llegar esos productos esas presentaciones de
narrativas al resto de la institución y de los padres, pero ¿cómo dar a conocer
lo que ellos, mis estudiantes eran capaces de realizar? Bueno si yo utilizaba
un blog, ¿por qué ellos no? Creo que se había completado la secuencia. Esa era la
manera que utilizaría para mostrar a los padres, lo que sus hijos son capaces
de realizar, exaltar la labor que ellos hacen en las aulas, y que como
estudiantes sabemos tampoco es fácil. Bueno al parecer se completó la secuencia.